miércoles, 24 de agosto de 2011

You ain't here.


Me río como una tonta. Te vigilo cada dos por tres. Me conecto a posta. Me quedo mirando a un punto fijo, pensando en ti. Cualquier cosa que me digan, se relaciona a ti. ¿Qué hora es ahora allí? Recuerdo. Y sonrío. Tendría que ponerme triste, pero sonrío. 
Cuando veo tu cara, no hay ninguna cosa que cambiaría. Y cuando sonríes, el mundo entero se detiene. Ahí vas tú, con esa perfección que me gustaría tener.
Debe ser guapa, la chica de la que hablas. Y que tiene todo lo que yo no. Pero no me importa, he aprendido a vivir sin ello. Y sonrío.
Porque pese a todo, me sé todas tus canciones favoritas. Y todos tus sueños. Y tú te conoces cada rincón de mi alma. Sabes que miento cuando digo que todo va bien, porque todo va mal. Y sabes cual es mi color favorito. 
Y me acuesto pensando en ti, y me despierto soñando contigo. Tu olor en cada sueño que sueño. Me parece oír tu voz por todas partes.
Caminando por las calles, tú, yo y tus vaqueros gastados. Así es como debería ser. ¿No ves que soy la única que te entiende? 
Ellos no tienen nada que ver contigo. Me tiembla la voz cuando pronuncio tu nombre. Me brillan los ojos cuando oigo hablar de ti. Se me acelera el corazón cuando te acercas.
La tierra se ve bellísima desde aquí arriba, veo un mar de corazones latiendo juntos. Unos latidos que se vuelven ritmos. Un mismo ritmo.
Pero bueno, me desvío. Que sí, que me gustas. Que me muero por ti. Que con una sonrisa tiras mi mundo abajo, rompes mis defensas. Partes mis esquemas, y todas esas mierdas que se suelen decir. 
Que esta mañana cuando me he mirado al espejo he visto tu cara reflejada en mis ojos, tus manos en mi pelo. Me he dado cuenta de que estoy perdida, pero tú no estás aquí.